la noticia hecha verdad

lunes, 1 de marzo de 2010

La poesía de José Rubén Romero cobra vida

* La presentación estuvo amenizada por el grupo musical El colibrí del lado izquierdo.

México, D.F., a 28 de febrero del 2010. Emotiva y plagada de acordes musicales, resultó la presentación de la obra Tacámbaro en la que se combina el arte literario del autor michoacano José Rubén Romero a través de sus haikús, y la habilidad y creatividad del grabador tacambarense Artemio Rodríguez, en un libro da amplia calidad, mismo que atrapó la atención, la curiosidad, y el asombro de los asistentes a la XXXI Feria Internacional del Libro del Palacio de Minería.

Al arte visual se agregó la del musical con la actuación de El colibrí del lado izquierdo joven grupo de música tradicional de la Tierra Caliente. Se trata de una familia de músicos que buscan preservar la tradición de la región.

Integrado por Gabriel Aguilar Magallón en la voz y el violín; Erandi Aguilar Magallón en la tamborita y la voz; Gabriel Aguilar Ramírez, fundador y director en la guitarra y la voz, Néstor Santoyo en la jarana de golpe, y José Manuel Jaramillo en el contrabajo, esta agrupación ofreció un repertorio propio que alude a la riqueza natural terracalenteña.

Por otro lado en entrevista, Juan Pascoe, propietario de la imprenta literaria y tipográfica Martín Pescador y responsable de esta obra, cuyo proceso de elaboración ocupó dos años de trabajo artesanal, explicó que el primer contacto que tuvo con la obra de José Rubén Romero fue a través de un libro que heredara de la viuda de un conocido médico procedente de Estados Unidos, quien vivió muchos años en Tacámbaro a quien todos le llamaban “el doctorcito” quien fue un personaje querido en la localidad. Dicha mujer, al enviudar y tener planeado regresar al vecino país del Norte, le dejó un acervo importante de libros a Pascoe, quien se topó con un tomo de la obra completa, entre ellos los haikús, de Rubén Romero fechados en 1952 bajo el sello de la editorial Oasis.

Sobre el particular, Pascoe confesó que en un principio los breves pero incisivos, agudos y veloces haikús del diplomático y escritor tacambarense no le parecieron más que algo local o de color, pero un buen día, luego de leerlos con detenimiento se percató de su belleza. Fue entonces que le surgió la idea de trabajar al alimón con Artemio Rodríguez, por lo que para ello se dieron a la tarea de conseguir el financiamiento para cristalizar su proyecto con una librería ubicada en Oaxaca.

Así, armaron la letra, compraron papel especial y se inició la realización de los grabados. Todo ello requirió de dos años de dedicado trabajo en el que los grabados fueron surgiendo de manera quizás lenta, pero cuidadosa y precisa, hasta llegar a obtener 200 ejemplares de 150 páginas cada uno.

Poseedor de un taller ubicado en Tacámbaro en el que se manejan prensas del siglo XIX, Pascoe, quien después de pertenecer al grupo jarocho Mono Blanco, se inició como impresor en la ciudad de México, hoy en día, trabaja con letra fundida, en aras de lograr obras de arte a la vieja usanza, pero haciendo libros modernos, no creando antigüedades.

Cabe mencionar que dicho ejemplar se dedica a la memoria de Amalia Solórzano de Cárdenas, también oriunda de Tacámbaro y esposa del general Lázaro Cárdenas, quien tuvo la oportunidad de conocer a José Rubén Romero y falleció hace unos años antes de que el proyecto rindiera sus frutos.

Por su parte Artemio Rodríguez expresó sentirse muy orgulloso y honrado al presentar este libro, como parte de la feria, ya que coloca a Tacámbaro en un lugar muy especial, dada su riqueza cultural.
Tacámbaro está compuesto por 75 poemas cortos en el estilo Haikú, una tradición poética que llegó a México vía Francia traída por José Juan Tablada, a quien Rubén Romero conoció en la ciudad de México en 1921. Los Haikús son "breves descripciones, instantes fugaces de las cosas que nos rodean". En este caso los Haikús de Rubén Romero se concentran en los personajes y en la vida provinciana de esos tiempos, aunque aún hoy se pueden mirar rasgos y situaciones como salidas de sus poemas.
Finalmente, el autor de American Dream, Artemio Rodríguez, agradeció al impresor Juan Pascoe por haber concebido la idea de este libro y por haber conseguido los medios para hacerlo realidad y dijo “le agradezco que me haya encomendado a mí la labor de hacer los grabados, ahora soy parte de un libro más en la larga lista de publicaciones del Taller Martín Pescador, publicaciones que van dejando una honda huella.















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